Prefiero la noche
La
noche no espera, avanza.
El
vacío consume mis entrañas sin dolor.
Es
inútil la ausencia que no sientes.
No hay
nada dentro de mí
La
noche no espera.
Quieto
estoy. Sé que nada puede acontecerme.
La
noche avanza, pero yo, inmóvil,
debería
imaginar, pintar colores,
delirar,
manchar lo oscuro,
amasar
los volúmenes de las sombras.
Retratar
mi inexistencia, dibujarla,
vislumbrarla en las paredes caídas del dolor,
recuperar el dolor
como
si nada hubiera desaparecido.
La
noche no espera, avanza,
y uno
no sabe si volverá a ver algo más que sombras…
La luz
tampoco espera, dicen,
pero
yo ahora prefiero la noche. No quiero ver nada.
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