Cuando el aire recorta
tu figura leve y silenciosa
y todo el candor de tu hermosura
se difunde en la tarde casi oscura,
se difunde en la tarde casi oscura,
no te alejas:
es como si al marcharte
por la puerta de la noche
dejaras entreabiertas
mis ansias de mirarte.
Y volverás mañana
y casi esperaremos, abrazados,
ese instante suave en que te vas
por lo concisa y clara como queda,
recortada en el gris de cada tarde,
tu figura tan leve y silenciosa.
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