sábado, 31 de diciembre de 2016

La vida por vivir

Los besos por dar, más que los dados,
inspiran el amor, las melodías,
la conjunción de pensamientos,
la conquista transitoria de lo cierto
y de lo incierto.

La vida por vivir es la que empuja
y el beso que no es de oficio
promete siempre otro beso.
El amor está siempre por hacer.

Todo, incluso la vida ya vivida,
forma parte de la vida por vivir,

viernes, 30 de diciembre de 2016

El cuervo sonríe

Te has ido como el sol se ha ido.
Esta noche me acompañarán los sueños
pero al amanecer estaré solo.
Luz vaga.
Me sentiré solo.
Abriré más la ventana.
la pequeña ventana del humilde cuarto.
¿Hay algo más allá de las frondas?
Nadie.
Estoy solo. Me siento solo.
Si ahora muriera no me lloraría nadie.
El sol ha vuelto, pero tú no.
Sin ti no hay nadie, solo cosas.
Cosas que parecen satisfechas siendo cosas.
que no piensan, que no sienten la soledad.
La luz se expande ahí fuera.
Debo salir para ver aquello que muestra la luz.
Un perro perdido que enseña los dientes.
Un perro que quiere estar solo.
Un perro maltratado que no puede amar,
que sobrevive, sin dueño ni empeño.
La gaviota vuela bajo. Quiere desayunar.
El gorrión es rápido. Se esconde en 
el ramaje espeso del árbol.
El perro se ha echado al pie.
Está llorando.

Quiero esconderme. Quiero llorar. 
Un cuervo me observa.
El sol está más alto y ha dibujado un horizonte.
¡Un horizonte! Eso es suficiente para caminar.

Las cosas y el cuarto se quedan atrás.
El perro me sigue. El cuervo sonríe.
Algo hay más allá.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Mi lugar no es un lugar

Al igual que el lugar del pájaro
no es la rama ni es el nido,
sino el aire,
mi lugar no es un lugar,
es el camino.

.

martes, 27 de diciembre de 2016

El bosque de los amantes

Hemos paseado largamente por el bosque
y hemos visto muchos corazones grabados
en la corteza de los árboles.

Como han hecho tantos enamorados,
nosotros también dibujaremos un corazón,
un único corazón, el nuestro, en un árbol,
pero no escribiremos nuestros nombres.
Somos amantes secretos.

lunes, 26 de diciembre de 2016

jueves, 22 de diciembre de 2016

Pan tostado con aceite y sal

A estas horas no deberíamos estar despiertos.
Está amaneciendo.
El aire es fresco, pero se está bien en la galería.
La vela de citronela ahuyenta los insectos.
Tu mano fría se une a la mía.
Aun queda vino en la botella.
Levantaremos las copas.
Las primeras luces del día se reflejarán en el vino.
Tal vez su color parecerá el de la sangre
o el de los corazones que la bombean.
Los nuestros palpitan ahora acompasados.
Debemos apretarnos un poco para no sentir frío.
El tímido sol le da perfiles anaranjados a este vino de uva sirah.
Sigue contándome esa historia de la hija del comerciante de setas.
Estás inquieta.
Apriétate más.
Las copas están casi vacías.
¿Quieres más vino?
Ya casi es hora de tomar café.
Unas rebanadas de pan tostado con aceite y un poco de sal nos harán bien,
sean para acabar el vino o para empezar el café.
Nos harán bien.
Vamos a la cama.
Sí. Acabamos el café… y a la cama.
No nos develaremos. Dormiremos igualmente.
Pero me estás contando la historia…
Podemos acostarnos y terminas tu relato en la cama.
Prometo no besarte hasta que el vendedor de setas de tu historia
las haya vendido todas. A su hija le hace falta un ingreso extra
para establecerse en Barcelona.
Es una buena ilustradora y tiene ideas interesantes.
En la ciudad tendrá buenos contactos y porvenir.

Eres ingeniosa y tus trabajos son elegantes.
Los de la bodega aprobarán tus etiquetas.
Esa serie de viñetas es genial para singularizar sus botellas.
Al público joven le encantará.
Te pagarán bien y te pedirán más ilustraciones.
No necesitarás el dinero de tu padre.
Eso, al hombre, le aliviará. Este septiembre no ha llovido apenas
y la temporada de setas no será buena.

Se te cierran los ojos. Durmamos.


martes, 20 de diciembre de 2016

Mis ojos se ocultan

Mis ojos se ocultan
bajo mis párpados cerrados
para mirarte cuando no estás.

Me escondo en tu belleza
para no echarte de menos.

lunes, 19 de diciembre de 2016

Miedo y rabia

Pasan hojas secas
y algunas ramas rotas
por el río,
río abajo.

Desaparecen casi todas las huellas
de la tempestad.
mientras una calma absurda
envuelve nuestros cuerpos
aun temblorosos.

Hemos perdido la casa y el huerto
y parece que estamos sin nada,
pero no es así: tenemos miedo y rabia.

El miedo nos alertará de nuevos peligros
y la rabia nos librará de la indolencia.

Tomaremos pronto un camino,
el que nos lleve a otras llanuras de sensatez.
Allí encontraremos donde parar.

Construiremos entonces una casa nueva,
que mantendremos limpia y ordenada
para gozar en paz de la fecundidad de las ideas.

Hasta que nos sorprenda la próxima tempestad.



domingo, 18 de diciembre de 2016

Paja y miel

Las hojas secas de las hayas reververan al caer.
Paja y miel.
Ella no está.
Es muy frío este otoño.



sábado, 17 de diciembre de 2016

Contra la penumbra

Me gustaría que soplara un viento inesperado
que tuviera la fuerza suficiente
para llevarse el gris abrumador que nos rodea.

Ojalá que otro viento naciera de nosotros
y disipara las partículas de mugre tenebrosa
que se alojan en tu mente y en la mía.

Hay tardes sombrías, fuera y dentro del amor.
Nos conviene hacer algo más que esperar vientos:
debemos tomar medidas contra la penumbra.

Podemos deleitarnos imaginando flores blancas
iluminadas por una brillante luna llena
o mirando en ese libro las pinturas de Gauguin.

Apriétate conmigo esta noche, toda la noche,
y al alborear veremos soles en las gotas de rocío
como si todo, todo lo malo hubiera pasado.

viernes, 16 de diciembre de 2016

Armonía

Te beso y me besas
en un ardiente desorden.
y nuestras pasiones se armonizan.

El desorden de las zalamerías
no altera el resultado.


Silencios

Tu voz de niña enamorada
y tus palabras de mujer sabia
me acompañan
y me hacen sonreir de felicidad
aunque me ausente.

No estoy solo en el camino
por el que imaginariamente
te muestro el verde de las agujas de los pinos
y el rojo anaranjado de los madroños
o esa roca pulida por el tiempo y las lluvias
en la que podemos sentarnos a descansar.

Tu voz y tus palabras van conmigo
y siento que me indican ya que vuelva pronto,
que tienen más cosas que decirme,
más consejos que darme,
más preguntas sobre mis ensueños,
más propuestas de vida compartida,
más amor para expresar.

Espérame en la fuente del recodo.
Aliviaremos la sed
y nos besaremos con los labios mojados.
Compartiremos, entonces, abrazados,
silencios de infinita pasión.


martes, 13 de diciembre de 2016

Tu figura leve y silenciosa

Cuando el aire recorta
tu figura leve y silenciosa
y todo el candor de tu hermosura
se difunde en la tarde casi oscura,
no te alejas:

es como si al marcharte
por la puerta de la noche
dejaras entreabiertas
mis ansias de mirarte.

Y volverás mañana
y casi esperaremos, abrazados,
ese instante suave en que te vas
por lo concisa y clara como queda,
recortada en el gris de cada tarde,
tu figura tan leve y silenciosa.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Llegará otro abril

Llegará otro abril.
La noche se hará breve
y el sol derramará
sus incontables lágrimas de luz
sobre las cosas
para que demos nombre a la mañana
y para que podamos ver claro el horizonte
pronto, más pronto cada día

Se fundirá la escarcha
y las flores despuntarán
encaramándose en el aire,
luciendo su armonía.

Es amable la mañana
y parece que el cielo es nuestro.
Hay flores llenas de luz
que se han adueñado de tus ojos.

¿Ves aquellas dos, las más crecidas?
Una eres tú.
¿Te reconoces?
Y la otra…
la otra no soy yo.

jueves, 1 de diciembre de 2016

L'única mar?

Hi ha una barca buida
surant a la deriva
en una mar esquitxada pels blancs i grisos
de milers de petits núvols
de núvols gairebé tristos
que naveguen per l'aire
a la recerca de la seva dissolució
en aigua.

Els ramats de núvols se sostenen també en una deriva.

I nosaltres?
nosaltres som ara una barca que descansa a la deriva
perquè la mar que acull núvols quasi tristos
i deixa que surin les barques buides
és també la nostra mar

l'única mar?

domingo, 27 de noviembre de 2016

Has olvidado el pintalabios en mi mesa de trabajo

Hay una curiosa asamblea en mi escritorio.
Ahí está mi cámara, un bolígrafo,
un teclado y su ratón 
y, algo hacia atrás,
la pantalla del ordenador.
También está tu pintalabios violeta
y tu pulsera de piedrecillas de colores,
esa que yo digo que parece de una niña.
Hay dos bolígrafos más y un lápiz que no sé que pintan
ni qué quieren escribir estando ahí. El teclado es más rápido.
Una funda de gafas, lápices en un vaso, un abrecartas,
(estoy pensado en que sí que podría pintar algo
o manchar el papel, herramientas no me faltan),
tres libretas de colores,
varios blocs de espiral.
Hay dos teléfonos fijos. Un teléfono móvil
(podría llamar a alguien, a ti, por ejemplo,
para preguntarte si lo del pintalabios
es un descuido intencionado para recordarme
que tus labios son voluptuosos, sensuales, prominentes,
inquietos e inquietantes…).
Está tu tablet, en su funda,
te la habrás olvidado,
siempre olvidas algo con tus prisas.
También, junto a un teléfono, hay dos tarjetas,
la de un fontanero (sí, convendría cambiar la pila del lavabo)
y otra de un abogado
(¿vas a llamar a un abogado para tramitar tu divorcio, 
o sea el mío, es decir, el de ambos?)
Está bien.
Sabes que estaré de acuerdo
en que nos divorciemos de mutuo acuerdo,
lo que no entiendo es para qué quieres llamar al fontanero
¿acaso esperas que sea yo el que se vaya de casa?
No me jodas, nena, que trasladar todos los libros
y los discos…
con todas las notas pegadas que tengo en cada uno de ellos
(ya sabes que hace tres años que descubrí la utilidad del posit).

También tengo en la mesa
una hoja medio escrita a mano
que dice… Ay, no, no quiero releerla,
es un apunte sentimental,
me enternece.
Qué cosas escribo a veces, menos mal, 
menos mal que rompo muchas notas.
Ah, hay una tuya, donde te recuerdas que deberías
llamar al señor Clodio ¿quién es ese?
¿Por qué dejas tus notas en mi mesa?
Como esas tres que has pegado en la pantalla del ordenador…
diciendo que no debería interesarme en muchachas jovencitas.
Con un poco de ironía me repites, me repites, me repites,
que hice ayer el ridi en el supermercado.
Me dijiste allí,
después de comprar tus yogures de soja desnatados,
que no estaba bien que echara el ojo de modo descarado
a aquella veinteañera que iba con su madre 
empujando el carro lleno...
Pero es que fuimos los dos a la vez quienes cruzamos las miradas
Y las retuvimos. Y tu al vernos te pusiste celosilla…
Que ya no tengo edad 
para jugar al coqueteo con jovencitas, 
como si su impulsiva vanidad fuera conmigo,
y aun menos, aun menos, aun menos, con su madre al lado...
¡qué vergüenza!
Por suerte viste el jueguecito desde el área de lácteos,
algo lejos
(por cierto, mientras tanto hablabas sonriente con un calvo
¿da para ligar eso de admirarse ante la abundante oferta de yogures?)
De reojo, digo yo, verías que ella, su mamá y yo 
andábamos por la zona de conservas de pescado
sin cruzar palabra.
Estando algo más cerca no hubieras imaginado tantas cosas.

A mi no me turbó que su mamá se diera cuenta
de que los ojos de su hija se clavaban en los míos.
Solo eran miradas… aunque no sé qué pensaría
cuando la joven se echó atrás la chaqueta
y exhibió con tierna voluptuosidad el perfil de su cuerpo
(no sé si viste eso, mejor si no fue así, te irritaría).
Tal vez la mamá le echó un sermón después,
pero si la chica tiene la personalidad que le supongo,
una reprimenda hará que se interese más por mí.
Pero yo solo la miraba, era bonita. No te sientas celosa.
No quiero que sufras por mis pequeños coqueteos.
Además, al supermercado solo voy si voy contigo.
Por cierto, si vas tu sola y ves al calvo de los yogures,
deberías evitar esa sonrisa tuya más que amable…
Y ese  fontanero… me has de decir para qué tienes su tarjeta…
y por qué te olvidas tantas cosas en mi mesa de trabajo,
que empieza a no ser grande si la ocupamos los dos, 

pero ¿sabes?
Podrías comprar un pintalabios protector y transparente
y olvidarlo más a menudo.
Podría tomártelo prestado para proteger mis labios resecos
(¡hace tanto que no nos damos besos húmedos!)
pero no me atrevo con el violeta.

Aunque ¡ja ja! se me ocurre una travesura:
me los pintaré y cuando llegues
y entres en casa sin mirarme apenas,
como siempre,
te llenaré de besos las mejillas.
Sé que no me darás tiempo a llevarte hasta el espejo
para que veas en tu cara las huellas moradas de mi boca.
Te encenderás como solo mi pasión puede encenderte…
Me abrazarás y tal vez me empujes al sofá…

Ay, qué rico ese arrebato.
Habrá que preparar la cena. La cena, sí.
Esperemos un poco. 
¡Qué relajo!

No te olvides otra vez el pintalabios en mi mesa
¿De veras quieres que tramitemos el divorcio?
¿Quién te ha dado la tarjeta de ese abogado?
¿Hay algún tipo que te gusta por ahí fuera?
¿No será amigo tuyo el fontanero?
¿Vas a ligarte al calvo?
No he vuelto a ver a la veinteañera del supermercado.
Era bonita.
Si sigues besándome en el pecho,
no pondré la mesa…
Amor mío, ya cenaremos más tarde.

Si mañana te olvidas otra vez el pintalabios en mi mesa,
tardaremos mucho tiempo en divorciarnos.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Som aigua?

L'aigua rellisca per la vela de plàstic transparent del bar 
a on prenem cafè i parlem.
ve dels núvols i va a l'empedrat que la filtra
cap a una fondària invisible.
Som  aigua?

domingo, 20 de noviembre de 2016

La única duda que no tengo

Cuando la verdad te decepciona,
cosa esta que acontece con frecuencia,
asoma divertida la mentira
que asalta fácilmente tu conciencia.

Tomarla y recrearla siempre excita.
La puedes vestir o desvestir
tal como quieras
o dejarla con déshabillé,
bien atractiva.

Pero si te entusiasmas
y te acuestas con ella
buscando amor y fama,
lo más fácil es que caigas de la cama.
Y el suelo casi siempre es duro.

La duda en cambio es una gran señora
que te envuelve en la sensualidad del gris
con elegancia
y te despierta siempre delicadas fantasías.
Yo amo a la duda.

La duda es fiel a tu cabeza.
Desnuda tus verdades
y envuelve a las mentiras en sofismas
para hacerlas algo más encantadoras,
excitando sin cesar el pensamiento.

Nunca te caes.
Con la duda siempre flotas.
Es generosa en proponer paseos
y si te lleva al huerto
es que trata de mostrarte 
las aristas cortantes de lo cierto.

Amo a la duda.
Siento por ella un amor que me enamora.
Si la deseo, suaviza los hervores de mi mente
Es capaz de prender la luz tras un mal sueño
o de abrigarme cuando siento frío intenso.

La duda me entusiasma y me relaja.
Me pone en el camino de ser dueño
de todo cuanto pienso.
La duda nunca falla.

Yo sé que mi amor por ella es interesado,
pero ella y yo somos leales compañeros.
Incluso cuando estoy enamorado 
de muy obvias verdades
o de esbeltas mentiras seductoras,
ella está también conmigo
y yo cuento con ella 
en esos líos
de duplas y de tríos.

Amo a la duda,
esa es la única duda que no tengo.



sábado, 19 de noviembre de 2016

martes, 15 de noviembre de 2016

En una nube

 
Ayer salimos al jardín a ver la luna,
la gran luna. 
  Hoy es ella la que mira entre las palmas
y no te ve. 

Estoy yo solo, pero siento que no me haces falta. 
La luna se ve hermosa y me seduce
mientras mi corazón se convierte en una nube.




lunes, 14 de noviembre de 2016

La más bella

Aquel que deshoja margaritas porque sí
comete crímenes de lesa flor.

El que lo hace como yo,
cantando síes y noes
en pétalos que no arranca,
se tortura un poco más
por hacer la cuenta bien.

Pero mi tormento, el verdadero,
es ella, la más bella,
la que no me dice que si,
la que no me dice que no.
La que ha llenado su casa de jarrones
y de pequeños búcaros,
todos luciendo margaritas
u otras flores parecidas.

No quiero ser un criminal
No quiero matar flores
No quiero deshojar las margaritas,
prefiero que ella, la más bella,
las deje morir con lentitud
como mueren los adornos vivos, todos,
como se ajan las facciones de las bellas.

No voy a deshojar la margarita,
No quiero ser un criminal.
Qué tontería,
si es que en realidad quiero que me diga que no.
No soportaría una vida compartida,
día a día,
con sus flores muriendo en los jarrones
colocados en todos los rincones de la casa,
de su casa,
de su ordenada casa.
Incluso en la cocina
hay florecillas,
en una cocina que no huele a nada.

Esa mujer que no abre el apetito,
bella sin olor,
tiene siempre margaritas en su casa.
y ya me ha confesado
que nunca ha deshojado una.

Margarita, así se llama también ella,
es hermosa, perfecta
narcisista,
la más bella,
y su cocina no huele a nada.

Y pensar que me enamoré de Margarita
por el clavel que llevaba en el pelo
aquella noche.

Aquel clavel olía y era rojo
y más tarde su cuerpo
bañado en mi sudor
también olía a hembra
pero solo fue una noche
y en mi casa.
Allí no había flores que deshojar
y fuimos al grano.

Aquí, en la suya, que es más grande
y más cómoda
tardaríamos demasiado en ser felices.

Aunque ahora yo ya no tengo casa…
Me quedaré unos días más. Con ella,
la más bella,
por si nos apañamos.

domingo, 13 de noviembre de 2016

Me gustabas mucho más entonces

Me gusta esa muchacha esbelta.
Se ha sentado a una mesa, en la terraza.
y ha encendido un cigarrillo.
Me deleito en sus gestos
y me admira su manera de cruzar las piernas.

Pero me gustaba mucho más en otro tiempo,
cuando no había móviles
porque ahora no hay manera, no hay manera
de encontrarle una mirada.

Está atenta a la pantalla
y se encorva sobre su luz artificiosa
cuando escribe.
Su silueta ya no es grácil
No parece tan airosa como antes.

Hace un rato que quiero ver las niñas se sus ojos
y mirarla sonriendo para que le brillen,
como antaño.
Pero ella sigue atenta a la pantalla,
atenta a la pantalla,
Cada vez más encorvada.

Me gustaban más las muchachas que fumaban,
cuando no había móviles
y podíamos cruzar miradas, sonreírnos
y hasta puede que tomar otro café,
charlando.

Así nos conocimos una tarde.
Sus ojos reían en los míos
y mis ojos reían en los suyos.
Nos hicimos amigos
y, risa a risa, muy buenos amigos.

Pero ahora se ha echado un amante
que no la hace reír apenas,
que ilumina malamente sus facciones,
robándole belleza.

Es triste ver a una mujer garbosa así, 
encorvada sobre un amante que no la hace reír.

Me gustabas mucho más entonces.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Me hace rico

Siempre me han ido mal las cosas,
ni siquiera me han ido regular.
Yo siempre he sido pobre,
pobre de solemnidad.

Pobre hombre,
decía el panadero,
cuando me fiaba el pan.

¡Y tan joven…!
dice ahora su señora,
que no me fía ya.

Pero el día más pobre de mi vida
—iba soñando en pan—
la encontré.

Y desde entonces soy rico
—ya no echo en falta el pan—,
me enamoré.

Yo la adoro
me hace rico
tengo el oro
de su  pelo.
Tengo pico
para hablar
y su amor
para cantar.

Ahora no es que me vayan bien las cosas,
ni siquiera me marchan regular,
pero no me siento pobre,
pobre de solemnidad.

¡Vaya chico!
exclama la casera
cuando viene a cobrar.

Ya no es pobre,
se dice tan contenta,
aunque no voy a pagar.

Y es que en el día más pobre de mi vida
—iba con el pecho contraído
y los bolsillos vacíos—
la encontré.

Tanto ha cambiado mi suerte
que  no siento los bolsillos
y desde un henchido pecho
surge risueña mi voz:

Yo la adoro
me hace rico
tengo el oro
de su  pelo.
Tengo pico
para hablar
y su amor
para cantar.


martes, 8 de noviembre de 2016

Las piedras del camino


Mira que morirse un 6 de noviembre,
igual que en el setenta Agustín Lara,
otro flaco,
otro amante de la música, 
otro amante de sus amantes.

Los hombres apasionados aman a la música,
a la poesía y a las piedras del camino por igual.

Lara, como tantos, tantos flacos, amó mucho
y a menudo indebidamente
si es que hay amores indebidos
y se definió como cursi,
aunque, la verdad,
sin serlo en la medida en que juzgaron algunos.

Las casualidades no encierran mensajes
que deban ser leídos según razones ocultas
como quieren creer los que no se creen a sí mismos,
los que no saben navegar por su cerebro.

Yo, esperando un viento fuerte,
el que "me lleve a mi sitio", que decía León Felipe,
navego todos los días por el interior de mi cabeza.
Y esta noche he recalado en un puerto
donde estaba varado mi amigo Enrique,
el que se ha muerto un 6 de noviembre
como Agustín Lara,
y hemos empezado a conversar
sobre si es jodida o no la muerte.

¿Es jodida la muerte?
Es jodida, me ha respondido,
aunque sin convicción,
cosa rara en él.
Tal vez estaba dilucidando si es bueno
morir liberándose del dolor físico
y gozando, a la vez, 
de la intensidad emocional
que alentó su vida
hasta el último instante.

No es tan jodidale he dicho yo.
El que ha vivido y ha amado:
a la música, a las mujeres y a las piedras,
no muere nunca del todo
porque perduran sus afectos 
en las personas y en las cosas.

Hasta que esas cosas no desaparezcan,
es decir, mientras vivan las personas,
las músicas, del guanguancó a Bach,
y permanezcan las piedras en el camino,
uno no muere.

Tal vez no sea tan jodida la muerte,
ha contestado.
 Aunque se ha quedado pensativo.

(8-XI-2016)